Uno de los temas que se sitúan en el centro del debate social actual es la cuestión energética y todas las variables que la rodean, comenzando por el cambio climático. El Club de Encuentro ha querido abordar esta cuestión ofreciendo su tribuna a Nemesio Fernández-Cuesta, que en palabras de su presentador en la mesa, Alfonso Pascual, es “uno de los mayores expertos en energía del panorama español”.
Para comenzar su intervención, la primera de las ideas que compartió con las personas asistentes fue enlazar la transición energética (TE) con la crisis de Ucrania, porque esta última ha acelerado la primera, por la subida de los combustibles fósiles, pero a la vez la ha complicado, porque la TE necesita de grandes inversiones (coches, procesos industriales, etc.) y las crisis no ayudan a ello.
En 1895, el científico sueco Svante Arrhenius calculó que según la composición de la atmósfera y las temperaturas en unos 2000 años la temperatura se elevaría unos 2 grados, pero “acertó en la relación, pero se equivocó en el plazo, porque hemos conseguido en 200 años lo que él prefijo en 2000”. Y esto es debido al desarrollo económico de estos dos siglos gracias a la abundancia de los combustibles fósiles.
El gran problema de la quema de los combustibles fósiles son las emisiones, cuya mayor parte se almacena en la atmósfera, lo que ha supuesto un calentamiento global y un aumento de la temperatura. Y ha producido una tremenda virulencia de los fenómenos atmosféricos. Según apuntó Fernández-Cuesta, hay un dato económico más relevante y que deja patente este hecho y son “las indemnizaciones que la industria mundial del seguro paga por efectos meteorológico, que en 2022 hubo un récord, vamos duplicándolo.”.
En este panorama, el ex secretario de Energía explicó que una posible solución o ayuda pasa por la tecnología, más alcanzable en los estados con mayor capacidad adquisitiva, pero ese es el problema al que nos enfrentamos. En ese sentido, hizo referencia a los objetivos de la política energética derivados del Acuerdo de París, no vinculante, fueron promover el suministro energético seguro y asequible y por otro lado, lograr cero emisiones para 2050 con las tecnologías disponibles, de forma rentable y socialmente aceptable.
Las soluciones a la transición energética: energías renovables
“¿Y cuál es la solución? La electrificación y que esté producida por energías renovables. Y en la medida que esas renovables para generar electricidad no generan emisiones” explicó el ponente.
En el caso, por ejemplo, de la biomasa, cualquier residuo puede gasificarse. Y para toda la industria la digestión anaerobia de cualquier tipo de residuo. Todo este residuo orgánico es necesario ponerlo en marcha para producir gases renovables, que cuando se queman son neutros en carbono. Y el nuevo horizonte es captar co2 del aire y añadirle una corriente de hidrógeno. Pero “lo que es fundamental es dar salida a toda esta parte de residuos de biomasa en un marco de economía circular que permita producir gases renovables, que junto con el hidrógeno, serían un combustibles aceptables para la transición energética”.
El hidrógeno es parte de la solución, y es uno de los grandes ejes de la transición energética, aunque tiene un problema, el coste.
En la segunda mitad del 22, el gas estuvo 10 veces más caro que en 2021. Y el sector azulejero ha tenido que lidiar con esta situación. Una crisis que se produce porque Rusia aprieta a Europa con la guerra a Ucrania. Actualmente, como señalaba Fernández-Cuesta, estamos sobreviviendo a la crisis por la reducción de consumo en más de un 10%, Europa. Lo que no ha venido de Rusia lo hemos suplido con reducción de consumo y con la compra de GNL, gracias a que China no ha demandado tanto volumen de GNL porque su crecimiento solo ha sido del 3%. En ese sentido, China es la gran incógnita para el futuro. Si va a abandonar el carbón y apostar por las renovables o va a seguir con el carbón.
Un estudio del Gobierno americano asegura que en 2026 lo más barato será la solar fotovoltaica, la siguiente podría ser la geotermia, pero mejor la eólica y el ciclo combinado de gas. Nuevamente, la energía más barata es la renovable.
Todos estos fundamentos abordados llevan a la conclusión que por transición energética se debe acudir a las renovables y desde el punto de vista de la crisis energética también se debe recurrir a las renovables. Según el experto, teniendo en cuenta estos dos pilares:
- la transición energética es una cuestión de inversión, tanto como individuos, como empresas. Un porcentaje relevante, que, a pesar de los fondos europeos, sigue siendo un esfuerzo considerable. “No hay TE sin ayudas a los sectores más comprometidos por el sector energético y a las familias más vulnerables”
- Todo lo que signifique ahorrar es positivo. “Vamos a años con costes de la energía más caro. Si podemos ahorrar en casa y en la empresa, mejor. La tecnología podría ser una solución, de la misma manera que lo ha hecho hasta ahora”.
En definitiva “siempre hay que tener confianza en las tecnologías, pero hay que invertir, y estos cambios de época requieren unos esfuerzos económicos, sin dejar a nadie detrás.”.
Así terminó la ponencia, que dio paso a un amplio número de preguntas entre los casi centenar de asistentes, entre los que se encontraban autoridades, sociedad civil y socios y socias del Club de Encuentro Manuel Broseta.