La UE debe hacer frente a tres retos: mantener la relación con EEUU, definir una nueva relación con China y relacionarnos de otra modo con los países emergentes

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El pasado 9 de mayo, día de la Unión Europea, la tribuna del Club de Encuentro acogió la ponencia de uno de los historiadores más prestigiosos de nuestro país y del ámbito internacional, el director del Real Instituto Elcano, Charles Powell.

Como comentó la presidenta, Amparo Maties en su intervención, por la tribuna del Club han pasado diferentes investigadores y analistas del Real Instituto Elcano, así como su anterior director, Lamo de Espinosa, lo que demuestra el respecto y el valor que el Club tiene de esa institución. Además, la presidenta, no quiso pasar la oportunidad de poner de manifiesto la importancia de la sociedad civil, en concreto, la valenciana, que últimamente acoge numerosas citas artísticas, académicas, culturales que vienen a demostrar la fortaleza de la sociedad.

Tras la presentación y bienvenida de la presidenta, Amparo Maties, y antes de comenzar su intervención, el ponente quiso poner el acento en la importancia de un foro de sociedad civil como el Club de Encuentro y poner en valor su aportación al conjunto de la sociedad “Muy honrado y agradecido por poder hacerlo de la mano de esta institución, que honra la memoria de un gran académico, y también es un honor porque este club es una expresión insigne de la sociedad civil valenciana. Quiero aprovechar para felicitar a la junta directiva y su presidenta por mantener viva esta institución tantos años”.

Bajo el título “La guerra de Ucrania y sus consecuencias geopolíticas”, el Sr. Powell trazó una coherente exposición desde los inicios del conflicto, que se remontan muchos años atrás, hasta la época actual y las consecuencias que puede el conflicto bélico que ya dura más de un año.

“Quiero empezar sobre las causas de la guerra, porque en el fragor de la batalla a veces perdemos la vista del origen de los conflictos. Es importante echar la mirada atrás”. Charles Powell comenzó su discurso con los pretextos o argumentos que aporta el gobierno de Putin para justificar la invasión y de desmentirlos uno a uno.

  1. Que rusia ha sido excluida de la arquitectura de seguridad europea. Como demostró Powell eso no es así, dado que ha habido a lo largo de la historia muestras de interés por alianza, de hecho, en el 1997, occidente invitó a Rusia a unirse al G7 y con su incorporación pasó a denominarse el G8. O también, el tratado con Rusia que se llama acta fundacional Rusia-OTAN, que representa un esfuerzo serio de ambos de configurar la arquitectura de seguridad de la OTAN. Primer argumento desautorizado.
  2. Que la ampliación hacia el este de la OTAN representa una amenaza existencial para rusia. Las autoridades rusas sostienen que esta Operación militar pretendía evitar el ingreso de ucrania en la Europa. Al respecto, Powell recordó que el acta fundacional Rusia-OTAN estipulaba que no se desplegarían fuerzas de la OTAN en países del ex pacto de Varsovia, cosa que se respetó hasta que Rusia invadió Crimea y el Dombás. Por tanto, el agresor siempre ha estado claro quién ha sido. Y nunca ha habido un indicio claro de la ingresión de Ucrania en la OTAN e incluso en la ocasión en la que el presidente de EEUU, George Bush solicitó el ingreso de Ucrania, Europa lo rechazó.
  3. Y alegan que han intervenido para defender los derechos de la población rusófana en Ucrania. “Este argumento de la población rusa es falaz, en 1997 rusia y Ucrania firmaron un tratado en el que Rusia reconoció el estado de Ucrania y de Crimea, y no presentó ningún interés por la población” sentenciaba Powell.

 

Así pues, cuáles han sido las verdaderas causas de la guerra, según Powell:

  1. Pulsión del propio Bladimir Putin, desde el año 2000, que empieza a gobernar. Para él y para su entorno, la independencia de Ucrania en 1991 por referéndum no fue digerida. Por su tamaño e importancia y fue la negativa de no participar en la Unión post Soviética. Y eso nunca se lo han perdonado, que hizo inviable el sueño de crear un ente postsoviético.
  2. A partir del año 2000, Putin empezó a creer que Ucrania basculaba hacia la UE y se alejara de Rusia y que además sirviera de ejemplo. Aquí la clave es la llamada revolución de color. El presidente entonces se negó a firmar un acuerdo de asociación con la UE, lo que provocó una revolución en la calle. Lo cual provocó en 2014 la invasión de Crimea y la anexión a Rusia.

 

Los costes y consecuencias de la guerra contra Ucrania

Una vez aclaradas las causas y después de más de un año, el conflicto se encuentra a la espera de una inminente contraofensiva ucraniana, para teóricamente dividir a las fuerzas rusias con el propósito de degradar la presencia rusia y obligar a sentarse a rusia a negociar.

Es muy importante, según remarcó el historiador, conocer los costes de este conflicto para dar cuenta de su dimensión y sus posibles consecuencias.

Para Rusia, en cuanto al coste económico que está suponiendo es de 500 millones de dólares, y planea el debate de si las sanciones no han tenido el impacto que se había previsto, pero la literatura económica aventura que las consecuencias se van a empezar a notar. Hay que tener en cuenta que Rusia tiene un PIB más o menos como Italia.

Otro es el impacto social, se estima que unos 300.000 rusos han abandonado el país.

Ahora, además, Rusia es más dependiente que nunca de China. En realidad, es una alianza coyuntural, porque son rivales sistémicos, pero para Rusia supone una humillación el tener que depender de China hasta tal punto.

Finlandia nunca se había contemplado entrar en la OTAN y la sociedad lo ha solicitado.

Para China, la guerra es un elemento disruptivo, ya que se encuentra centrada en la modernización.

En cuanto al impacto en EEUU, “el presidente Joe Biden fue elegido con una agenda doméstica, y no deseaba esta guerra. Ha enviado tropas a Europa. El coste económico para EEUU es asumible, pero no el coste social y político, porque está totalmente dividido. Lo único en torno a lo cual hay un consenso en EEUU es China que es su enemigo, su amenaza existencial”.

Y a Europa, ¿cómo nos está afectando? Es difícil para la Unión Europea porque vivimos en un mundo monopolizado por la rivalidad, volviendo a un escenario de los finales del SXIX o principios del XX.  “No somos un estado convencional, es un actor postmoderno, nacimos para dar por superadas las guerras, no es el espíritu de la UE. No somos ya una súper potencia civil, somos una rara avis. Quizás estamos transitando de un modelo a otro.  Nos vendría mucho mejor un orden multipolar, con instituciones multilaterales sólidas, y ahora predomina el minimultiralismo” argumentó Charles Powell.

 

Respuesta ante la guerra y los escenarios de futuro

La primera respuesta de UE al impacto de la guerra ha sido “mantenernos unidos”, algo que es de resaltar. Ha habido 11 oleadas de sanciones y nos hemos “desacoplado económicamente de Rusia”, -antes era la fuente del 40% de la energía-.

Si bien es cierto, Powell también reconoció que “debajo de esta aparente unidad, hay tensiones”. Alemania no es un país que pueda encajar fácilmente una invasión rusia, está demasiado próximo geográficamente y el canciller anunció un giro de orientación. Francia, cuenta con una postura un poco unilateral, que ha generado una enorme desconfianza. Los dos países líderes de Europa no están en posición de hacerlo y la tercera, Italia está en un momento político muy complicado. Hay mucha penetración de intereses rusos.

Así pues, Europa tiene que hacer frente a tres retos, lo que se denomina “el trilema europeo”:

  1. Debemos de mantener la relación con EEUU. La brecha económica entre Europa y EEUU ha aumentado considerablemente. El precio del dólar se mantiene y el del euro disminuye. La brecha tecnológica se incrementa, no hemos conseguido crear grandes emporios tecnológicos. Y, por último, aumenta la brecha militar.

El resultado de esa brecha, es una UE cada vez más dependiente de EEUU. Es malo para los americanos que quieren una UE fuerte para concentrarse en otra cosa, y es pésimo para nosotros porque si no somos creíbles acabaremos siendo irrelevantes.

  1. Tenemos que definir una nueva relación con China, que es la gran potencia emergente y tiene materias primas necesarias para la transición medioambiental y tecnológica.
  2. Debemos relacionarnos de otra manera con los países emergentes.

 

Para la UE ha sido un shock y está siendo necesario dotarse de autonomía estratégica, que significa poder dotarnos de las capacidades y los instrumentos necesarios para defender nuestros intereses sin contar con terceros, especialmente el de EEUU, y eso requiere mantener la alianza transatlántica, frente a Rusia y China. Requiere desarrollar una relación propia con China, pero sin ingenuidad. Y, por último, desarrollar una relación más creíble y menos hipócrita con las economías emergentes.