Varios centenares de personas, entre socios, invitados y representantes de la sociedad de las tres provincias se dieron cita este martes 30 de septiembre para acompañar al Club de Encuentro Manuel Broseta en su trigésimo aniversario. El Club cumplía 30 años y lo celebró con un acto conmemorativo en el que intervinieron los presidentes que han pasado por esta tribuna desde su fundación: Jose Luis Boronat Calabuig, Manuel Broseta Dupre, que habló en lugar de su padre, Manuel Broseta Pont, Vicente Garrido Mayol, Jose Luis Martinez Morales, Fernando Puente Roig y Francisco Puchol-Quixal y de Antón, actual presidente.
Uno a uno fueron tomando la palabra ante una salón abarrotado entre los que se encontraban representantes de la sociedad civil valenciana pero también de la política, la economía, los medios de comunicación, la cultura o la Universidad en una mesa que estuvo presidida por el President de la Generalitat, Alberto Fabra.
José Luis Boronat, el primer presidente del Club desde 1984 a 1986 contó cómo fueron aquellos pasos iniciales del Club y destacó que ya desde el principio tuvieron muy claro que uno de sus pilares fundamentales era la independencia. Boronat se acordó de Manuel Tarancón y Federico Moreno, dos de los fundadores del Club ya fallecidos y también recordó con cariño a Manuel Broseta y a Antonio Palomares. “Hagamos cuanto sea posible por qué el Club continúe, porque vale la pena”, concluyó.
El siguiente en tomar la palabra fue Manuel Broseta Dupré, hijo del segundo presidente del Club desde 1986 a 1992, Manuel Broseta Pont, asesinado por ETA durante su mandato. Manuel Broseta agradeció y felicitó al Club, “una institución clave para la actual sociedad” y explicó la triple faceta de lo que el Club de Encuentro representaba para su padre, como demócrata, como intelectual y como valenciano. “Él creía en el debate y siempre prensó que debíamos comprometernos”, añadió. El Club sigue siendo esencial por dos razones, explicó, por la debilidad actual de la sociedad valenciana y por el descontento general en Europa que da lugar a programas populistas que solo se pueden combatir desde el diálogo y el intercambio de ideas. “Si el club no existiera, habría que inventarlo”, afirmó.
El que fuese presidente del Club de Encuentro desde 1992 a 1995, ya con el nombre añadido del profesor Broseta, Vicente Garrido ,subrayó que los fines para los que se creó el Club siguen vigentes. “Nuestra guía fue el diálogo, el respeto, el compromiso… el encuentro, en una palabra”, afirmó. Garrido contó alguna anécdota de los conferenciantes de aquella época y explicó la enorme expectación que suscitaba el Club en aquellos años cuando se conectaba en directo con Hora 25 después de las intervenciones. “El Club hoy sigue vigoroso”, aseguró.
José Luis Martínez Morales ocupó la presidencia desde 1995 a 1997. Comenzó dando las gracias a los socios y destacando el valor que aportan al Club, ya que según dijo, son los que lo hacen importante, esas personas que lo apoyan y vienen a escuchar a los conferenciantes. Martínez Morales tuvo palabras de cariño hacia Antonio Palomares y Jose María Jiménez de la Iglesia, por su entrega y entusiasmo en aquella época. Señaló cómo el Club en sus inicios estaba politizado, en el buen sentido de la palabra, por la enorme carga política del momento y cómo fue poco a poco abriéndose hacia otros cauces: las artes, la ciencia, la literatura…”El Club no es el más antiguo, pero sí es el mejor”, agregó, no sin antes darles las gracias a José Luis Boronat y a Francisco Puchol por su labor.
Fernando Puente estuvo al frente del Club desde 1997 al 2000. Durante su intervención, Puente recordó cómo la Asamblea decidió otorgar el nombre del fallecido Manuel Broseta al Club tras su asesinato y habló de la celebración del vigésimo aniversario de la institución. Por último, Puente apuntó como los principios fundacionales del Club, “fomentar la participación activa en la vida pública de los miembros y simpatizantes, desde su propia ideología política, con profundo respeto a las personas, mediante el dialogo, contraste de opiniones e intercambio de ideas” es hoy en día la mejor justificación de la perviviencia del Club.
Francisco Puchol comenzó su presidencia en el años 2000 y catorce años después sigue dirigiendo el rumbo del Club de Encuentro. Sus primeras palabras fueron de agradecimiento a los socios, amigos y representantes de la sociedad valenciana que han acompañado al Club en estos 30 años. “Hoy más que en otros tiempos el Club sigue siendo necesario, porque ahora parece que el iluminismo se convierte en el alimento de la ciudadanía, y el Club, como espacio de encuentro y reflexión, tiene un papel fundamental, en recordar que la lógica, que el dialogo, que el convencer, que el convivir, es la esperanza de la democracia” manifestó.
Puchol no quiso pasar por alto una de las principales lacras de nuestra democracia, la corrupción política, ni tampoco la desigualdad de nuestro tiempo. El actual presidente habló también de la autonomía y la vertebración de la Comunitat como algunas de las reivindicaciones importantes del Club de Encuentro. “Hemos querido poner en valor en estos 30 años nuestros valores y virtudes, nuestros ejemplos y referentes, y nos quedan muchos en cartera… no perdemos la esperanza de recibir de España el trato que los valencianos merecemos”, agregó.
“De nosotros dependen muchas cosas, no solo si vivir en modo automático o intenso, nuestro silencio o nuestra opinión, nuestro compromiso con la sociedad, con la lucha contra la desigualdad y la defensa de nuestra tierra”, añadió Francisco Puchol, que antes de dar paso al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, resaltó la idea de que unidos, podemos ser un referente para la sociedad.
Por su parte, Alberto Fabra, destacó el papel desempeñado por el Club de Encuentro Manuel Broseta durante estas tres décadas para propiciar el debate y el conocimiento de ideas en la sociedad española en general y la valenciana en particular. El President aseguró que «el Club de Encuentro Manuel Broseta se ha caracterizado siempre por su independencia y pluralidad y se ha convertido en el ágora de referencia de la Comunitat».
Tras las intervenciones, se sirvió un vino de honor y se hizo entrega a los socios de una reproducción de la medalla del Club que realizó Javier Mariscal durante su conferencia.