Los dos salones del Hotel SH Valencia Palace se quedaron pequeños para acoger al público que quería escuchar a la escritora y filósofa, Elsa Punset, que presentaba en el Club de Encuentro Manuel Broseta su último libro, “El Mundo en tus manos. No es magia, es inteligencia emocional”.
Francisco Puchol-Quixal, Presidente del Club, fue el encargado de presentar a la invitada, a la que agradeció su presencia en nombre del Club. Puchol dedicó palabras de cariño y admiración hacia la divulgadora y recordó la conferencia de su padre, el científico Eduard Punset, hace siete años en la misma tribuna, de la que “quedamos todos impresionados”. El Presidente del Club destacó dos ideas del libro que se presentaba, la necesidad de “mejorar nuestra calidad de vida a través de los sentimientos” y cómo el esfuerzo, el trabajo y las emociones son necesarios para conseguir un mundo más feliz. Elsa Punset comenzó agradeciendo al Club su invitación y ofreciendo algunos trucos al público a la hora de enfrentarse a hablar en público. La invitada contó también cómo empezó a colaborar en televisión, en el programa de Pablo Motos. “Me convenció cuando me dijo, es una misión lo que te ofrezco, no una sección”, dijo. Y es así, como una misión, como ella se toma su trabajo. “La inteligencia emocional”, a la que ha dedicado buena parte de su carrera, “no es una moda”, afirmó. La escritora explicó cómo en este mundo complejo, los demás nos impactan cada vez más, y por eso ha pasado de lo emocional a lo social. Segú ella, la revolución tecnológica que estamos viviendo está provocando un gran impacto y lo comparó a la revolución industrial o a la agricultura. “La tecnología está cambiando el papel de las personas” remarcó. Explicó por qué el ciudadano ha pasado de tener un rol pasivo, forjado por el instinto de supervivencia, a otro activo que es el que debe potenciarse en la actualidad. “Ya no somos sujetos pasivos”, recalcó y a continuación expuso cómo “todos podemos tener una parte del mundo en nuestras manos”. Para ello, formuló la siguiente pregunta “¿Cómo nos convertimos en ciudadanos activos?”.
Siempre se nos había dicho que todo dependía de la genética, comentó, “sin embargo, es muy fácil entrenar la mente”. Punset confirmó que cada vez somos más inteligentes y vivimos en una sociedad cada vez más pacifista, aunque se crea lo contrario. Aunque somos menos hábiles en algunos aspectos, como el vocabulario, también somos, según ella, mejores cognitivamente gracias al entorno. “¿Cómo podemos entrenar nuestro cerebro? Nuestra mente no es fija, es flexible y se puede entrenar como un músculo” afirmó. De la misma forma, las habilidades sociales también se pueden entrenar, subrayó. “Tenemos que tomar las riendas de nuestras decisiones morales, económicas y sociales”, dijo Elsa Punset. “Hay que ser parte activa del mundo que nos rodea y del debate social”, continuó. Según la escritora, no debemos dejar los asuntos importantes en manos de otros, “debemos pensar juntos y decidir el mundo en el que queremos vivir”. A continuación, la también filósofa desgranó los capítulos de su nuevo libros. En el capítulo primero, Punset trata el impacto que los demás tienen sobre nuestra persona y cómo esa forma de relacionarse se fragua en la infancia. “Los demás nos contagian las emociones y creencias”, explicó para afirmar que “eres la media de las cinco personas que te rodean”. El segundo capítulo lo dedica la autora a explicar cómo encajar en este mundo superpoblado e interconectado, en el que a pesar de tener tantas conexiones, está muy presente la soledad. “La soledad mata tanto como el tabaco”, advirtió. Durante el tercer capítulo, Elsa Punset lanza al lector hacia el dilema del tranvía y termina afirmando que “Lo que está ayudando a la evolución de las sociedades es la razón, la empatía y el autocontrol”. Para concluir, habló sobre el último capítulo del libro en el que trata de cómo el ámbito físico y mental deben convivir y prosperar juntos. La intervención de Elsa Punset se cerró con un gran aplauso del público, que dio paso a algunas preguntas por parte de los asistentes antes de que siguiese el debate en la cena reservada a los socios del Club de Encuentro.