Luis Gordillo oteó su propia obra a vista de pájaro en el Club de Encuentro Manuel Broseta. El artista realizó un exhaustivo repaso a sus más de 40 años de profesión y no dejó indiferente a ninguno de los asistentes. Gordillo decoró su conferencia con numerosas pinceladas de humor e interesantes explicaciones de sus diferentes momentos creativos.
«Me han presentado como un pintor y no sé si es un halago, un ataque o un insulto». Así de tajante e irónico comenzaba Luis Gordilo su conferencia en el Club de Encuentro Manuel Broseta, ponencia que Francisco Martínez Boluda introdujo con la lectura de varios fragmentos del libro publicado recientemente por el artista contemporáneo: «Little Memories». Entre los asistentes a la conferencia se encontraba la directora del IVAM, Consuelo Císcar.
Gordillo realizó un exhaustivo repaso, desde los años 60 hasta la actualidad, de su trayectoria artística. Para ello, se apoyó en una serie de diapositivas de la exposición que albergó hace dos años el Reina Sofía de Madrid, «Iceberg Tropical», y que reunía algunas de las mejores obras del autor. «He pasado de ser el joven pintor a Don Luis Gordillo; por fin creo que de alguna manera estoy llegando a algo», consideró el sevillano.
El artista divide su vida profesional en tres etapas: una primera «abierta, espontánea y cálida», otra dominada por el pop americano y una tercera más geométrica influenciada, según él, por la gran cantidad de amigos marxistas y comunistas que ha tenido a lo largo de su vida. Las pinturas de Gordillo han estado dominadas por su curiosidad por el mundo y su interés por el psicoanálisis. «Cuando pinto cosas como El andarín cabezón no lo siento como algo onírico sino real, como si lo viera andando por la calle con esa cabeza; debe ser el psicoanálisis», comentaba el artista al contemplar una de sus creaciones.
Los trucos con fotos, collages y juegos cromáticos dominan la mayoría de las pinturas y fotografías del autor. Pero las verdaderas claves para entender a Gordillo nos las dio él mismo en el Club de Encuentro Manuel Broseta, donde explicó cuáles fueron sus sentimientos y su situación vital en el momento de dar a luz cada una de sus creaciones. Ahora, al echar la vista atrás, el autor reconoce que «para pintar un cuadro bueno previamente hay que pintar muchos cuadros malos». Para ver de lo bueno de Gordillo, lo mejor, desde el viernes el pintor expone en la sala Luis Adelantado de Valencia.