El Club de Encuentro Manuel Broseta celebró el pasado 14 de octubre una mesa redonda que giró en torno a un tema de plena actualidad, la economía del bien común. Bajo el título “La economía del bien común… ¿una posible alternativa al modelo económico actual?”, Francisco Alvárez Molina, Presidente Ética Family Office; Juan Cascant, Director del Celler la Muntanya y Microviñas; Rafael Climent, Alcalde de Muro de Alcoy y Francisco Pons, Presidente de Importaco explicaron sus experiencias en torno a distintos aspectos del tema.
El primero en tomar la palabra fue Francisco Álvarez, miembro de la Junta Directiva del Club y Presidente de Ética Family Office. Álvarez, un gran conocedor del asunto que se trató, comenzó su intervención hablando de la orígenes de la economía social y preguntándose si el modelo económico existente en la actualidad hace posible que se pongan en práctica valores como la responsabilidad social corporativa, la solidaridad, la transparencia, etc. El conferenciante afirmó que “hay que refundar el modelo”, ya que “no se puede crecer hasta el infinito”. “Si no cambiamos el modelo, nuestros hijos y nuestros nietos siempre tendrán crisis” apuntó.
El Presidente de Ética Family Office subrayó que ese modelo alternativo existe y está basado “en las Constituciones Europeas”. Francisco Álvarez habló de uno de los libros que dio origen a este movimiento, “Economía del bien común”, del austriaco Christian Felber. “Christian no ha inventado nada, sino que ha conjugado una serie de cosas que ya existían” explicó. Según Álvarez, ese modelo de economía del bien común se sitúa en la intersección de tres esferas: la social, la económica y la ambiental. Francisco Álvarez terminó su intervención haciendo referencia a un refrán africano: “gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pero regularmente, pueden cambiar la faz de la tierra”.
A continuación fue el turno de Rafa Climent, alcalde de Muro de Alcoy, del que Francisco Álvarez destacó que la gestión que ha hecho de su municipio en los últimos 14 años responde al nombre de la conferencia. Climent explicó los principios por los que se rige el gobierno de su localidad. “Necesitamos un cambio de estructuras y normativas en el sentido ético de la palabra” afirmó. El alcalde de Muro habló de cómo hacen partícipe a la oposición en las decisiones de Gobierno y habló de algunas medidas concretas que se llevan a cabo en Muro: más impuestos directos y menos indirectos, la correcta planificación urbanística y la no recalificación de terrenos, la ayuda a los más necesitados, la apuesta por los “edificios vivos”, la ayuda a la agricultura, el ahorro energético, la reutilización de aguas potables… “Tenemos un compromiso en servir a y no en servirnos de” dijo. Su objetivo, subrayó es “conseguir el bienestar de las personas”.
El tercero en hablar fue Juan Cascant, Director del Celler la Muntanya y Microviñas. Cascant comenzó apuntando que en la Comunidad Valenciana nunca se ha conseguido la unión de la sociedad civil, en su opinión, debido a que “faltan elementos más vinculados al territorio y al mundo rural”. El conferenciante defendió el minifundio, el valor del paisaje y la necesidad de un etiquetaje adecuado que haga al consumidor reconocer los productos éticos. Contó el origen de la bodega que dirige y explicó cuatro principios que se deben seguir para crear una economía del bien común y que sigue su empresa: se debe pagar al agricultor lo justo, respeto a la madre tierra, la empresa debe formar parte activa de donde está, promocionar la cultura del lugar y fomentar la educación.
Francisco Pons, ex Presidente de AVE y actual Presidente de Importaco, fue el último en intervenir en la mesa redonda. Pons hizo una radiografía del cooperativismo tanto en España como en otros países europeos. El Presidente de Importaco explicó los orígenes de algunos proyectos cooperativistas que desarrolló en su juventud. Habló de los principios y características que rigen este tipo de asociación y remarcó cómo no se debe olvidar que la cooperativa forma parte de la economía de mercado y por tanto “el producto ha de competir y si no compite, sucumbe”. “Hay muchas cosas por hacer, a nivel social y a nivel político. Creo en la pelea por la mejora de lo que tenemos” concluyó.