El Presidente del Tribunal Supremo y el Consejo General del Poder Judicial, Gonzalo Moliner estuvo en el Club de Encuentro para hablar de las nuevas exigencias que deben afrontar los jueces en la actualidad. La conferencia llevó por título “El Juez Español del siglo XXI”.
El objetivo de la charla, según sus propias palabras, fue el de “compartir algunas situaciones novedosas que se están produciendo o se van a producir en relación con la función judicial y llevar a cabo una toma de contacto con la sociedad valenciana”. El Catedrático emérito de Derecho Mercantil, Vicente Cuñat, fue el encargado de presentar al conferenciante del que además de repasar su trayectoria profesional, destacó que “sabe escuchar y sabe provocar a los compañeros. Siempre lo hace desde la claridad, la profundidad y el respeto por la opinión ajena de la que puede disentir”.
El objetivo de la charla, según sus propias palabras, fue el de “compartir algunas situaciones novedosas que se están produciendo o se van a producir en relación con la función judicial y llevar a cabo una toma de contacto con la sociedad valenciana”. El Catedrático emérito de Derecho Mercantil, Vicente Cuñat, fue el encargado de presentar al conferenciante del que además de repasar su trayectoria profesional, destacó que “sabe escuchar y sabe provocar a los compañeros. Siempre lo hace desde la claridad, la profundidad y el respeto por la opinión ajena de la que puede disentir”.
“En este momento hay que pensar en una reforma del sistema judicial en serio” manifestó Moliner. “Los jueces no tienen los medios de enfrentarse ante la nueva realidad por muchas razones: por la complejidad de las situaciones que se presentan, por la complejidad económica y por la nueva distribución de la sociedad que hace que existan ciertos partidos judiciales que tienen un exceso de carga de trabajo. Es el momento de pensar en nuevo sistema organizativo”. Para Moliner “hace falta una organización que parta de un juzgado colegiado, no individual. Solo así, con una colegiación y unos medios suficientes, se debería de pensar en el nuevo juez del siglo XXI”.
Según el Presidente del Tribunal Supremo, el punto de partida reside en el artículo que garantiza el derecho de todos los ciudadanos a la justicia, sin olvidar que esta justicia emana del pueblo. El valenciano también se refirió a los principios de independencia e imparcialidad al que están sujetos los jueces, principios que también regirán en el siglo XXI. “Es una garantía que se da al juez en atención de los ciudadanos”.
Los principios se mantienen pero la realidad cambia, con lo que la “función judicial, siendo la misma, se rige por otras características. Para ello el juez debe ser convenientemente advertido y preparado”. Para el Presidente del CGPJ, “aunque en el 2013 ya asistimos a esa nueva realidad, esa transformación se verá agravada en los próximos años”.“Estas modificaciones se traducen en cambios en la realidad social en la que debe llevar a cabo su actividad el juez, también cambios en la realidad normativa muy importantes y cambios en los instrumentos materiales” explicó.
“El Juez español del siglo XXI persigue una realidad cambiante que no es la misma que la del juez del siglo XX”. En la sociedad española tradicional existían otro tipo de problemas, pero como consecuencia de la sociedad de la información y de la globalización, hoy los problemas son otros “derivados de complejas actividades financieras, de complejas relaciones utilitarias, de complicadas relaciones familiares y de la internacionalización de las relaciones personales y mercantiles, también del derecho penal: tráfico de armas, de seres humanos, temas de corrupción política”. Moliner citó en este tipo de litigios los desahucios, ERES, acciones preferentes y concursos.
Por otra parte, el Presidente del Consejo General del Poder Judicial se refirió también a la mayor repercusión social de las decisiones judiciales. “Cada juez ha de ser consciente de que su resolución trasciende su decisión. Hemos de ser conscientes de que los medios de comunicación pueden dar una información que, en cuanto nos sea facilitada, puede llevar a una tergiversación de lo que el juez dice. Se ha de dar una mejor información y ofrecer la decisión con la máxima claridad posible” señaló.
El conferenciante se mostró preocupado acerca de la opinión de los ciudadanos sobre los jueces. “Esta situación hace que el juez tenga que tener en cuenta que sus decisiones van a ser valoradas por los ciudadanos y por la prensa, y de ello resulta una opinión generalizada que puede ser buena o mala para la institución judicial. Esta situación tiene una parte negativa, que puede conducir a que el juez pueda llegar a dejarse influir por el ambiente. No olvidemos que también estamos ante la sociedad del espectáculo” subrayó.
“El juez en el siglo XXI no es un juez individual sino que pasa a ser personaje público. La nueva realidad normativa también ha evolucionado. Antes el juez se ceñía a interpretar la ley estatal mientras que en la actualidad la complejidad normativa se multiplica, sobre todo desde la entrada de España en la Unión Europea. “Esta complejidad exige una mayor formación del juez y conduce a un mayor esfuerzo del juez, un juez con cada vez mayores facultades interpretativas y mayor discrecionalidad. La realidad nueva supone el paso de un juez de tradición legalista a un juez constitucional y europeo”. El del siglo XXI, es un juez, según sus propias palabras “más parecido al juez anglosajón”.
Por último, Moliner apuntó a que “estamos en la buena dirección para que la justicia pueda convertirse en un servicio público de los ciudadanos. La vía de la modernización ya iniciada nos permitirá llegar a esa administración de justicia que todos deseamos y ello a pesar de que se haya cruzado en el camino esta crisis económica. El juez del siglo XXI va mejorar la realidad judicial y el concepto ciudadano”.“En este momento hay que pensar en una reforma del sistema judicial en serio” manifestó Moliner. “Los jueces no tienen los medios de enfrentarse ante la nueva realidad por muchas razones: por la complejidad de las situaciones que se presentan, por la complejidad económica y por la nueva distribución de la sociedad que hace que existan ciertos partidos judiciales que tienen un exceso de carga de trabajo. Es el momento de pensar en nuevo sistema organizativo”. Para Moliner “hace falta una organización que parta de un juzgado colegiado, no individual. Solo así, con una colegiación y unos medios suficientes, se debería de pensar en el nuevo juez del siglo XXI”.
Según el Presidente del Tribunal Supremo, el punto de partida reside en el artículo que garantiza el derecho de todos los ciudadanos a la justicia, sin olvidar que esta justicia emana del pueblo. El valenciano también se refirió a los principios de independencia e imparcialidad al que están sujetos los jueces, principios que también regirán en el siglo XXI. “Es una garantía que se da al juez en atención de los ciudadanos”.
Los principios se mantienen pero la realidad cambia, con lo que la “función judicial, siendo la misma, se rige por otras características. Para ello el juez debe ser convenientemente advertido y preparado”. Para el Presidente del CGPJ, “aunque en el 2013 ya asistimos a esa nueva realidad, esa transformación se verá agravada en los próximos años”.“Estas modificaciones se traducen en cambios en la realidad social en la que debe llevar a cabo su actividad el juez, también cambios en la realidad normativa muy importantes y cambios en los instrumentos materiales” explicó.
“El Juez español del siglo XXI persigue una realidad cambiante que no es la misma que la del juez del siglo XX”. En la sociedad española tradicional existían otro tipo de problemas, pero como consecuencia de la sociedad de la información y de la globalización, hoy los problemas son otros “derivados de complejas actividades financieras, de complejas relaciones utilitarias, de complicadas relaciones familiares y de la internacionalización de las relaciones personales y mercantiles, también del derecho penal: tráfico de armas, de seres humanos, temas de corrupción política”. Moliner citó en este tipo de litigios los desahucios, ERES, acciones preferentes y concursos.
Por otra parte, el Presidente del Consejo General del Poder Judicial se refirió también a la mayor repercusión social de las decisiones judiciales. “Cada juez ha de ser consciente de que su resolución trasciende su decisión. Hemos de ser conscientes de que los medios de comunicación pueden dar una información que, en cuanto nos sea facilitada, puede llevar a una tergiversación de lo que el juez dice. Se ha de dar una mejor información y ofrecer la decisión con la máxima claridad posible” señaló.
El conferenciante se mostró preocupado acerca de la opinión de los ciudadanos sobre los jueces. “Esta situación hace que el juez tenga que tener en cuenta que sus decisiones van a ser valoradas por los ciudadanos y por la prensa, y de ello resulta una opinión generalizada que puede ser buena o mala para la institución judicial. Esta situación tiene una parte negativa, que puede conducir a que el juez pueda llegar a dejarse influir por el ambiente. No olvidemos que también estamos ante la sociedad del espectáculo” subrayó.
“El juez en el siglo XXI no es un juez individual sino que pasa a ser personaje público. La nueva realidad normativa también ha evolucionado. Antes el juez se ceñía a interpretar la ley estatal mientras que en la actualidad la complejidad normativa se multiplica, sobre todo desde la entrada de España en la Unión Europea. “Esta complejidad exige una mayor formación del juez y conduce a un mayor esfuerzo del juez, un juez con cada vez mayores facultades interpretativas y mayor discrecionalidad. La realidad nueva supone el paso de un juez de tradición legalista a un juez constitucional y europeo”. El del siglo XXI, es un juez, según sus propias palabras “más parecido al juez anglosajón”.
Por último, Moliner apuntó a que “estamos en la buena dirección para que la justicia pueda convertirse en un servicio público de los ciudadanos. La vía de la modernización ya iniciada nos permitirá llegar a esa administración de justicia que todos deseamos y ello a pesar de que se haya cruzado en el camino esta crisis económica. El juez del siglo XXI va mejorar la realidad judicial y el concepto ciudadano”.