El ministro de Justicia Rafael Catalá repasó los desafíos a los que se enfrenta la justicia en los próximos años

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El ministro de Justica, Rafael Catalá, visitó el Club de Encuentro Manuel Broseta para hablar de “La justicia que queremos: desafíos y respuestas para el siglo XXI”.  La presidenta del Club, Amparo Matíes hizo una breve introducción en la que señaló la reforma “profunda y duradera” que debe emprender la justicia antes de dar paso a Salvador Vives, vicepresidente del Club y encargado de presentar al invitado. Vives repasó la dilatada trayectoria del conferenciante y dividió su actividad como ministro en dos fases, una primera marcada por la labor de su predecesor, más “problemática” y una segunda fase de “explosión legislativa”, una época prolija de reformas muy importantes.

Rafael Catalá comenzó su intervención agradeciendo al Club la invitación y realizó un breve resumen de análisis de la situación de la justicia antes de desgranar los retos a la que se enfrenta. El ministro habló de la posición de España en el mundo y en Europa y delenorme factor de desarrollo económico” que supone la seguridad jurídica, que no solo afecta a la sostenibilidad del estado de bienestar.

 A continuación, Catalá contestó a la pregunta de si es este el momento para llevar adelante la reforma.  “Yo creo que sí. Existe una demanda unánime, desde lo social, lo político, lo profesional…”, señaló. La realidad actual requiere nuevos instrumentos normativos y, según apuntó, este es el momento de llevar a cabo las reformas porque existe una verdadera voluntad para hacerlo por parte de todos los actores. “Debe ser un auténtico pacto de estado”, dijo.

A partir de ese momento, el ministro de Justica pasó a explicar las reformas más importantes a las que se enfrenta el departamento que dirige. La agilidad, en primer lugar. “Que se resuelvan las causas en un plazo razonable y no como sucede en la actualidad”, añadió. Hacer una u buena gestión de los recursos escasos, cambios culturales y tecnológicos, mejores leyes, simplificar procedimientos, más medios y mejor aprovechados. Ese sería el resumen general de los retos a los que se enfrenta la justicia.

“En materia civil, debemos ser capaces de simplificar algunos trámites instrumentales que provocan largas dilaciones”, manifestó, además habló de algunos cambios culturales en los que deben tener mayor protagonismo las fórmulas de la mediación y el arbitraje, y la necesaria incorporación de las nueva tecnologías que faciliten los trámites. “Coordinar un sistema de gestión procesal entre todas las Administraciones públicas” es otro de los desafíos que la justicia debe afrontar. Catalá también habló de que trabajarán para reforzar la independencia de los órganos jurisdiccionales, cuya percepción por parte de los ciudadanos es opuesta a esa independencia.

El invitado continuó refiriéndose a las medidas contra la corrupción puestas en marcha por su gobierno “Hoy tenemos una ley de financiación de partidos que antes no existía, una ley de transparencia, penas por delito de corrupción, agencia de gestión de activos…”, señaló, además de comprometerse a revisar los aforamientos, revisar la actividad de los lobbys o aumentar la protección a los denunciantes de casos de corrupción. Catalá apuntó que desde su área se trabajará en una justicia dedicada a las personas, a los menores, víctimas de violencia, discapacitados, creadores culturales, o en medidas que aumenten la lucha contra el maltrato animal.

“Tenemos por delante un buen desafío”, dijo antes de terminar. Para llevar a cabo estas reformas, lo más importante es el consenso con el resto de fuerzas políticas y el diálogo con los profesionales: organizaciones sindicales, colegios de abogados, procuradores, notarios, registradores… “De ahí conseguiremos la legitimidad y la fortaleza ética para promover las reformas”, añadió.  Una vez concluida la intervención, el público trasladó sus preguntas al invitado.